jueves, 13 de diciembre de 2007

Eterno Levitar


Sin fuerzas para retenerte te deslizas y te vas volando, me dejas con el sabor de la despedida, suave. La felicidad la barrieron tus alas al marhcar, y fue suave como la brisa provocada y suavemente me hizo caer, y desde entonces yace mi cuerpo sin que el peso de las lágrimas de soledad me deje levantar... Para qué si no volverás, no te alejes…

O quizás no te vas, y lo que ocurre es tu regreso? Y vuelves suavemente, delicado, a elevarme contigo y volar. Este momento dulce inesperado, pensé que nunca más tus labios buscaría, no quiero rozarlos no sea que desaparezcas, deseo más que a ellos esta embriaguez de ilusión y ojalá fuera eterna, quedarme así notando la calidez de tu respiración cercana, que no acabe, ni siquiera quiero desprenderme del suelo, espera sin apartarnos, fue tan inmenso el anhelo por rozar tu pelo que ahora nos deseo en esta quietud que me ate a tu abrazo, quiero levitar así para siempre, que somos perfecta armonía y somos música.

Y sólo pétreos pudieron ser uno, y sólo juntos pudieron ser en armonía perfecta los eternos enamorados, aún cuándo sus labios nunca llegaron a unirse.

viernes, 7 de diciembre de 2007

La respuesta es "Yo"

[ "¿Quién va a ser capaz de cuidarte y amarte como yo lo he hecho?"
Todos tenemos la respuesta. ]
Pobre de aquel que necesite algo más.

A veces me hubiera gustado correr hasta que mis piernas cayeran rendidas, y entonces parar y respirar… Haber huído.
Esta vez, me gustaría quedarme quieta frente al espejo con la mirada fija ante mi adversario, y sonreir. Dar media vuelta y respirar.

Huir. Todos lo hemos hecho. Yo hasta ahora, siempre en la dirección equivocada.
Ya he entendido algo. Para huir no hace falta correr, ni siquiera desprender los pies del sitio.

-
Una persona. Y una vida. La mía.

Aquella tarde mi nombre cambió, mi sonrisa cambió y con ello mi rumbo. Fue una vuelta de tuerca, me encontré de repente con mi nariz en una pared, y con 2 flechas dibujadas en ella, una apuntando hacia arriba y otra hacia abajo. Y en medio una frase: "Ahora. Tú decides".
-

La vida a veces te llama a comprender, pero yo no tengo esa capacidad y jamás comprenderé ciertas cosas. Yo nunca podré contradecir mis sentimientos a un mismo tiempo, nunca podré comprender porque del amor al odio hay un mínimo paso. Aunque lo experimente, que nadie me pida que lo comprenda.

No entiendo porqué se puede amar cuando tus ojos han visto odio en otros ojos, cuando tus oídos han escuchado horrores, cuando su boca se convirtió en un puñal capaz de destrozar mis entrañas. Cómo es posible amar… Cuando ya no diferencias lo real de lo falso. Y digo falso, no irreal; porque nada fue irreal porque todo existió, sino que fue falso porque existió pero no fue verdad. Pero cómo diferenciarlo… Cuando unos ojos te dijeron ternuras y los mismos te gritaron odios. Cambiaron los míos? No puede ser. Porque lloraron.

En ese fugaz instante, aquellos... ¿Qué querían ver? ¿Por qué quisieron ver? No sé lo que los movía pero diría que no lo consiguieron, porque ellos también lloraron, pero a causa de las mismas palabras que hicieron llorar a los míos.

Quisiera decir NO y no vacilar nunca más. Si no lo hago me odiaré siempre.
Por eso, esta vez no huyo, y me quedo aquí, conmigo.