viernes, 5 de octubre de 2007

Un falso Para Siempre

Basaba el sentido de mi vida en aquello, que un día esperaba encontrar, y otro día hice realidad. Era el pilar que sustentaba mis días con esperanza. No sé vivir sin un sentido, sin una meta, sin una razón. Antes era todo aquello que construimos, ahora y por ahora son los escombros que debo limpiar.

Llega el momento en que toda mi casa se desmorona, y lo único que deseo si pudiera hacerse cierto……… Dormirme en tu espalda, despertar antes de abrir los ojos, como a mí me gustaba, y sólo lo conseguía a tu lado. Mirar alrededor y ver que nada ha sucedido. Eso sería lo ideal y lo imposible, y ya dejé de creer en ello. Cambiaste, cambié, como lo hizo el cielo, las palabras y el suelo. “Las cosas deben ser así”, me lo repito todos los días, y no me tiembla la voz.

Verdades que mutan, promesas que se resquebrajan, miradas que hielan. Antes no creía en eso. Y mucho menos que podría llegar a ser. Por eso el cielo era infinito, por eso las palabras eran armoniosas, por eso el suelo era firme. Era. Porque en su día las cosas no fueron como yo (o tú, o aquel) pensaba que eran. Vivir en una burbuja de jabón es demasiado arriesgado.
Por qué? Por qué? Todo era perfecto cuando no necesitaba hacerme esa pregunta. Todo tenía una respuesta, todo tenía una razón de ser.

Cuando no amo a nadie mis labios se hielan.
Creí en tantas cosas. Creí que fueron ciertas. Todo era irreal? Que alguien me diga que no, que alguien me diga que fue verdad pero que simplemente... cambió? Aquello que un día es tan sólido que ni la fuerza de todos los océanos puede mover, por qué un día... cambia?
Yo creí en algo eterno, lo creí cierto, y si realmente lo que pasó fue que todo cambio como mutan de piel las serpientes, o como florecen y mueren las flores por naturaleza, si realmente fue así como pasó, no deja de ser una mentira en la que yo creí. Porque yo creí en la eternidad, en vida y después de ella. Ahora sin embargo donde antes todo era pasión, mis actos son mecánicos. Ríes porque tu alma no puede reírse, el sol otoñal te ayuda a no ver la tormenta, el frío no es tan fuerte y todo está en calma aparente. Pero siempre llega la tormenta, siempre llega, siempre llega. Y no puedo construir un muro tan alto como las nubes para detenerla. No tengo ni fuerzas, ni tiempo. Y sé a pesar del dolor, que eso sería una estupidez.

Y podré quedarme horas interminables mirando por la ventana, aunque sé que no será esperando tu vuelta. Soy débil, pero no temeraria.

1 comentario:

Mamimeconmigo dijo...

Es normal que lo que yo he escrito tenga algo que ver con tus palabras.

Al leerte me has traido muchos recuerdos, y la mezcla de esos recuerdos y ciertas canciones han sido la base de los pensamientos que despues he escrito. Ya era hora que pusiera palabras a las ideas que me rondan desde hace tiempo.

Sabes que pasa? que estoy tan cansado de creer que se me escapa la fe entre mis manos. Me estoy convirtiendo en agnóstico. Y quizás deba ser así.

No tengo muy buen día, también puede ser eso.

Gracias por los animos.