sábado, 22 de marzo de 2008

Y de la noche a la mañana, aquella plenitud se deshizo como arena en mis manos.....

Y me quedé sin palabras.




Me pesa demasiado… El tiempo que vuela, las palabras que necesito decir pero que se han quedado mudas. Mi puto bloqueo como respuesta. El peso repentino de la vida, es la vida, que me ha roto las palabras.

Aunque siempre he sabido que hay más maneras a parte de las palabras para hablar, expresar o decir. Son limitadas, encadenadas, y lo que puedo tener dentro es algo inefable mediante ellas.
Sé que nunca me lo perdonaré si no empiezo a recomponer cada letra… Cada letra de cada palabra por decir… Y para ti, cada palabra de esas que no tienen letras, cada palabra de mis ojos, de mis manos en las tuyas, mis sonrisas que son para ti, mis abrazos y mis millones de gracias que también, son sólo para ti.
Nada más sirve ahora, no sirve analizar el motivo, nada sirve contemplar las lágrimas frente a la pared. Nada sirve salvo un abrazo porque sí seguido de un beso en la mejilla, una risa, o acariciar tu mano arrugada. Eso, lo que siempre he hecho, es lo único que puedo seguir haciendo. Y juro que lo haré eternamente. Tengo que hacértelo saber… Y deseo habértelo hecho saber, por lo menos, desde que aprendiste a mudar un pañal.
Lo que siempre he hecho, juro, que lo haré eternamente.
No te vayas.

2 comentarios:

Desastrosa dijo...

Imagino que hablas de algo pero como no estoy segura de qué pues nada xD
La plenitud siempre es pasajera, yo creo que así debe ser, pero claro, te lo dice una eterna insastisfecha.
Haz aquello que quieres hacer, que el suerpo o la mente te piden hacer, recompon tus palabras y hasta el próximo momento pleno...
Mua!

Anónimo dijo...

Despues de leer y intentar conocerte un poco mas como tu me decias.. no se tan solo queria que supieras que sigo buscando aqui la forma de conseguirte..