Es extraño necesitar sin querer, es difícil diferenciar si lo quiero o te necesito, si estas porque debes estar o te vas y vienes porque así, simplemente, es.
Y ahora me vuelves a decir que esto viene y va, y sin embargo aquí sigo sin entender donde estar.
Como una brújula sin aguja.
No encuentro más respuestas en mis sábanas y las noches ya empiezan a ser demasiado largas. Son solitarias, y no demasiado frías. Pero te pueden volver loca.
De repente, un mar sin horizonte.
Posos de café y una frase sin inspiración. Es lo único que queda entre estas idas y venidas.
Un desierto, frío.
Empiezo a pensar que ya no es cuestión de tiempo.
Dame alguna idea. Que necesito una palabra que al menos, bonita o fea, vaya dirigida a mí. Algo inconexo, como lo que dicen mis dedos. Ni tan siquiera te pido que pronuncies mi nombre. pero dime algo... Si es que hay alguien ahí.
sábado, 17 de abril de 2010
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